EN TIEMPOS DE PANDEMIA, LA BUENA INFORMACION APREMIA.
Hombre mirando al sudeste ( Eliseo Subuiela, 1987) |
En los últimos meses
el mundo está viviendo una situación para la cual no estaban preparados. Ningún
simulacro antisísmico, ningún ejercicio militar, ningún modelo generado por los
algoritmos, ni tampoco la misma OMS pudo anticipar esta coyuntura que ha
transformado esa noción de presente a la que estábamos acostumbrados. La mayoría
de acciones, situaciones y circunstancias están mediadas por la información, el
acceso que tenemos a ella y su difusión en los medios masivos, en especial con
las redes sociales.
El mes de marzo
del presente año bisiesto, que según las creencias siempre es siniestro, nos
llevo a una cuarentena que parece no tener fin (lo tendrá, pero lo mas seguro
es que no nos demos cuenta) por que la información que circula carece de
intenciones transparentes, por el contrario, parece ser usada para generar toda
suerte de sensaciones y emociones que convergen en el miedo, la ansiedad y la
angustia. Hemos llegado al punto que nuestro criterio para determinar lo que es
de lo que no es, se ha desdibujado. Los fake news, la infoxicación y la agenda setting – concepto que aborda la
influencia de los medios sobre el público, sus intereses y cuanto espacio se
les debe dar – han desarrollado una dieta informativa llena de carbohidratos,
harinas y frituras que nos ha llevado a una desnutrición y un conocimiento raquítico,
carente de sentido crítico, que se replica en millones de personas tan rápido como
el virus. Sin duda, una minoría sigue confiando a la televisión, la prensa, la radio
y los portales de noticias; su construcción de la realidad. Sin embargo, puede
existir una salida en el diseño de información.
Sin darnos cuenta
el diseño se ha involucrado en varios aspectos de nuestra cotidianidad: desde
el contenido de los periódicos hasta la ropa que usamos y sus multiples
combinaciones; era inevitable que se cruzara con la información, ese conjunto
de datos revisados y organizados, que construyen toda suerte de mensajes que
permiten resolver problemas y tomar decisiones, siempre y cuando sepamos que
hacer con ella. Digo esto por que nos hemos visto confrontados a un escenario
que nos informa, si, pero que hacemos con todo ese bombardeo musicalizado con sinfonías
alarmantes, lanzándonos cartuchos de wicked problems que solo nos dejan atados
de manos y pies, frustrados, con una aparente incapacidad para cambiar las
cosas para que todo se resuelva. De antemano, queridas y queridos infonautas, les
quiero compartir un pensamiento: no somos los salvadores, pero si los gestores
de cambios que pueden ayudar a salvar vidas.
Ya entrados en
gastos, la pregunta que se viene debe ser esta ¿Qué es el diseño de información?
Las respuestas se bifurcan según el autor o la autora, pero en general, por establecer
una aproximación, se define como la manera en que seleccionamos, procesamos y
presentamos ese conjunto de datos que se convertirán en mensajes que permitirán
resolver no solo problemas, también inquietudes y ser parte de la búsqueda de
soluciones. Siento que últimamente nos quedamos en los problemas. Una segunda
pregunta puede ser ¿Qué se hace en un estudio de Diseño de Información? Aquí la
respuesta es más sencilla: conocer y aprender a desarrollar métodos que ayuden
a resolver la falta de comprensión, reducir el esfuerzo cognitivo y facilitar
el acceso a la información por parte de las personas, mujeres y hombres, que se
ven enfrentados a una realidad cada vez mas desinformada.
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